La Empresa de Telecomunicaciones de Cuba (ETECSA) sigue intentando maquillar el tarifazo que ha generado un rechazo masivo dentro de la isla. Esta vez fue la vicepresidenta de Operaciones de Red, Sybel Alonso Baldor, quien recurrió al mismo guion oficialista para defender lo indefendible.
Alonso aseguró que trabajan “incansablemente” para “superar las limitaciones” técnicas y brindar conectividad, mientras ETECSA impone nuevas restricciones a las recargas en pesos cubanos y promueve ofertas exclusivamente en dólares, una estrategia que profundiza la desigualdad entre cubanos con acceso a divisas y el resto del país.
Cifras millonarias que no se traducen en mejoras
A pesar del colapso del servicio y la indignación generalizada, ETECSA justifica el tarifazo alegando que necesita captar divisas para enfrentar su “endeudamiento” y asegurar la operación. Sin embargo, la presidenta de la entidad, Tania Velázquez, admitió que han obtenido un ingreso promedio de 31 dólares por cada línea activa, lo que se traduce en unos 248 millones de dólares anuales.
Estas cifras contrastan con la falta de transparencia y la nula mejora en la calidad del servicio. Estudiantes, activistas y ciudadanos de a pie se preguntan adónde va ese dinero, mientras crecen las protestas dentro y fuera del ámbito universitario.
Propaganda y control en lugar de soluciones
En lugar de abrirse al diálogo con la ciudadanía, la estrategia del régimen ha sido insistir en la narrativa de “complejidad técnica” y “trabajo incansable”. Sybel Alonso no solo replicó esta postura, sino que ensalzó a su superiora, Tania Velázquez, y promovió una campaña de ETECSA que generó aún más indignación por sus precios prohibitivos.
Mientras tanto, Díaz-Canel no se queda atrás y ha declarado que revertir el tarifazo sería “renunciar a ingresos” y llevar al país a un supuesto “colapso tecnológico”, como si el colapso no fuera ya evidente por la desconexión de millones de cubanos.
ETECSA sigue sin rendir cuentas al pueblo
Las medidas impopulares siguen adelante, sin consulta ni rendición de cuentas. La empresa estatal, con respaldo absoluto del régimen comunista, ha admitido que ni siquiera informó debidamente sobre las restricciones a recargas, alegando que hacerlo habría provocado una “avalancha” en sus plataformas digitales.
El tarifazo no solo atenta contra el derecho a la comunicación, sino que refleja una vez más el desprecio del régimen cubano por las necesidades reales del pueblo. Lejos de ofrecer soluciones, ETECSA y el Partido Comunista optan por imponer decisiones disfrazadas de tecnicismos y urgencias financieras, mientras el pueblo paga el precio de su ineficiencia.