Miguel Díaz-Canel, gobernante designado por el castrismo, aprovechó el Día del Trabajador Jurídico para lanzar una de sus ya habituales proclamas vacías, afirmando que “Cuba es una nación forjada en bases jurídicas de sólida tradición”. Pero sus palabras fueron rápidamente desmontadas por cientos de cubanos que, desde dentro y fuera de la isla, utilizaron las redes sociales para recordarle que en Cuba la justicia es una herramienta de represión al servicio del Partido Comunista.
Redes estallan contra el cinismo del régimen
Los usuarios no tardaron en reaccionar. “Claro, Cuba tiene una sólida tradición jurídica: jueces que no dictan sentencia, la leen”, ironizó una usuaria en X. Otros fueron más directos: “En Cuba no hay derecho y menos justicia. Hay más de 1,000 presos políticos encarcelados por alzar la voz. ¿De cuál justicia hablas, Díaz-Canel?”, denunció @Libertad12021.
Estas respuestas reflejan el agotamiento social ante un sistema judicial que, lejos de garantizar derechos, los pisotea de manera sistemática.
La justicia cubana: instrumento del poder, no del pueblo
Organizaciones internacionales como Human Rights Watch y Amnistía Internacional han documentado durante años cómo el aparato judicial cubano actúa como brazo represivo del régimen. Juicios sumarios, pruebas manipuladas, testigos únicos provenientes de las fuerzas represivas y sentencias impuestas antes incluso de iniciar el proceso son parte de un panorama que desmiente cualquier alusión a una “sólida tradición jurídica”.
Desde el 11 de julio de 2021, más de mil manifestantes pacíficos —incluyendo menores de edad— fueron procesados y condenados a largas penas de prisión. Casos como los de Luis Manuel Otero Alcántara, Maykel Osorbo o los jóvenes de La Güinera son ejemplos de cómo el Código Penal cubano ha sido convertido en una herramienta de castigo contra la disidencia.
¿Estado de Derecho? Solo en los discursos del poder
Mientras Díaz-Canel cita a próceres como Céspedes, Agramonte o Martí para justificar su narrativa, los cubanos recuerdan que fue precisamente Fidel Castro quien abolió la República y la reemplazó por una dictadura de partido único. Martí, quien luchó contra el caudillismo, habría repudiado el autoritarismo instaurado por Castro.
En Cuba, los abogados deben estar inscritos en organizaciones controladas por el Estado, lo que hace prácticamente imposible ejercer una defensa independiente. Hablar de “Estado Socialista de Derecho y de Justicia Social”, como hace Díaz-Canel, resulta no solo irónico, sino profundamente ofensivo para las víctimas del sistema.