La Seguridad del Estado de Cuba ha vuelto a arremeter contra el movimiento estudiantil que sacude al país tras el tarifazo impuesto por ETECSA. Esta vez, las amenazas se dirigieron a estudiantes de la Universidad Central “Marta Abreu” de Las Villas (UCLV), quienes intentaban organizar una protesta pacífica para exigir tarifas de internet más justas.
Según denuncias compartidas por el periodista Mario J. Pentón, al menos tres estudiantes de la Facultad de Ciencias Económicas fueron visitados en sus casas por agentes de la Seguridad del Estado. Los jóvenes fueron amenazados con la expulsión de la universidad y hasta con prisión, simplemente por intentar ejercer su derecho a la libre expresión.
Uno de los amenazados era administrador del canal de WhatsApp “La voz de todos”, creado para convocar una parada universitaria. El canal, que ya reunía a más de 500 estudiantes, fue obligado a cerrar. El estudiante fue coaccionado a escribir una retracción pública y expresar apoyo a la oficialista Federación Estudiantil Universitaria (FEU), todo bajo presión y en presencia de su familia.

Tácticas de miedo para desmovilizar
El régimen no solo impuso el silencio, sino que forzó a los estudiantes a retractarse en grupos de WhatsApp institucionales, mostrando una vez más cómo el aparato represivo se infiltra hasta en los espacios más cotidianos. La estrategia busca desmovilizar, pero también atemorizar a otros jóvenes que piensen en alzar la voz.
A pesar de las amenazas, los estudiantes de la UCLV habían anunciado que se sumarían al paro académico que ya se extiende por varias universidades del país, exigiendo una “tarifa social” de internet accesible para todos. También reclamaron que los beneficios de conectividad se extiendan a profesores, investigadores y otros profesionales que dependen de internet para su trabajo.
Silencio institucional y propaganda oficial
Mientras crece la represión, el rectorado de la UCLV intenta transmitir una imagen de normalidad en redes sociales. Ignorando por completo la protesta estudiantil, publicaron mensajes sobre “el ajetreo estudiantil” y “proyectos científicos” en curso, en un evidente intento de maquillar la realidad.
Por su parte, el gobernante Miguel Díaz-Canel ha ratificado que no dará marcha atrás con las tarifas impuestas por ETECSA, ignorando el amplio rechazo popular. Su postura ha sido respaldada por la FEU, cuya falta de autonomía y sometimiento al Partido Comunista ha generado un profundo descontento entre los jóvenes.
Estudiantes exigen voz y respeto
Los universitarios piden algo tan básico como el derecho a ser escuchados. No buscan confrontaciones, sino participación real en las decisiones que afectan su vida académica y profesional. La represión solo confirma que el régimen teme perder el control de una juventud que ya no está dispuesta a callar.