FEU de la UCLV prioriza el silencio ante el descontento estudiantil

La Federación Estudiantil Universitaria (FEU) de la Universidad Central “Marta Abreu” de Las Villas (UCLV) ha respondido al creciente malestar entre sus estudiantes con un comunicado donde asegura que su máxima prioridad es “mantener la tranquilidad”. Esta postura llega en medio de protestas por el tarifazo impuesto por ETECSA, que ha sido rechazado con firmeza por amplios sectores del estudiantado.

Mientras crecen los reclamos por los abusos tarifarios y la represión silenciosa en las aulas, la FEU parece cumplir más el papel de garante del orden dictado por el régimen que el de defensora de los derechos estudiantiles. A través de Facebook, el Consejo de la FEU dijo haber promovido espacios de diálogo con funcionarios de ETECSA para recoger inquietudes, aunque no especificaron resultados concretos ni garantías de transparencia.

La situación escaló cuando la profesora Alina Bárbara López publicó una declaración firmada por estudiantes de la UCLV. El texto denuncia graves contradicciones entre el discurso institucional y la práctica, señalando actos de censura en medios universitarios, complicidad de la representación estudiantil, presencia de agentes represivos en el campus y un sistema de premios para delatores de compañeros disidentes.

Entre las demandas estudiantiles figuran: la suspensión inmediata de las nuevas tarifas, el cese de la censura, la retirada de fuerzas represivas del recinto y la creación de una comisión independiente para investigar los abusos. Estos pedidos reflejan no solo el rechazo al tarifazo de ETECSA, sino también la deslegitimación de una FEU que, lejos de representar al estudiantado, actúa como aparato de control del Partido Comunista.

El comunicado de la FEU no solo evade estas demandas, sino que acusa a las redes sociales de promover un “bombardeo mediático” que —según ellos— intenta desacreditar su papel institucional. La afirmación de que “la preservación de la tranquilidad siempre constituirá un deber inquebrantable” suena más a amenaza que a respaldo estudiantil.

En redes sociales, figuras como el escritor Víctor M. Dueñas criticaron con dureza el comunicado. “Hace décadas que la FEU dejó de representar al estudiantado y se convirtió en un brazo de control del castrismo”, escribió. Otros internautas coincidieron, cuestionando la autenticidad del “proyecto de nación” que pregona el régimen en contraste con la realidad opresiva que se vive en las universidades.

La crisis ha dejado al descubierto el uso de las estructuras estudiantiles como herramientas de propaganda y control, mientras quienes se atreven a denunciar terminan siendo vigilados, silenciados o castigados. El conflicto iniciado por el tarifazo ha evolucionado hacia un debate mayor sobre derechos civiles, libertad de expresión y el verdadero papel de la universidad en una nación atrapada por el totalitarismo.