El régimen cubano ha vuelto a hacer gala de su desconexión con el pueblo al rendir homenaje a Lyzett Castro Toledo, una funcionaria estatal implicada en un vergonzoso montaje contra el diplomático estadounidense Mike Hammer. La escena ocurrió en la conocida lanchita de Regla y ha sido ampliamente criticada por su carácter propagandístico.


Una puesta en escena sin apoyo popular
Castro Toledo, directora adjunta de Cítricos Caribe S.A., fue reconocida por su participación en un acto de hostigamiento organizado por la Seguridad del Estado. Mientras Hammer se trasladaba en transporte público para asistir a misa en Regla, la funcionaria se acercó con actitud confrontativa, fingiendo ser una ciudadana común. Otro agente del régimen grababa la escena desde cerca.
Pese a lo planeado, el espectáculo no generó apoyo entre los pasajeros. Nadie se sumó al supuesto “acto de repudio”. El montaje quedó expuesto como una operación fallida, incapaz de manipular la opinión pública.
Reacción del régimen y burlas ciudadanas
En vez de rectificar, el Consejo de la Administración del municipio Plaza de la Revolución publicó con orgullo el homenaje. Afirmaron que Castro Toledo “le cantó las verdades” a Hammer, mientras los ciudadanos respondieron con burlas. “¿Le dieron un TV Panda?”, preguntó irónicamente una habanera. Otro comentó: “Tremendo embarque que le han dado a esa gente”.
Desde Miami, un cubano lo resumió todo: “El sentido del ridículo de ustedes evidentemente se fue por los volcanes”.
Una diplomacia que sí escucha
Hammer no cayó en la provocación. En un video publicado por la Embajada de Estados Unidos, explicó con calma lo sucedido. Reafirmó su compromiso con una diplomacia cercana, de contacto directo con el pueblo cubano. Su serenidad desmontó el intento de provocación del régimen.
Desde su llegada a La Habana en noviembre de 2024, Hammer ha recorrido barrios, asistido a iglesias y conversado con ciudadanos, activistas y líderes religiosos. Esa cercanía ha irritado a la cúpula comunista, que teme perder el control del relato oficial.
Una condecoración que revela decadencia
Castro Toledo, tras su papel en el montaje, borró su perfil de redes sociales. Sin embargo, ya era tarde. Las pruebas de su implicación y su cargo dentro de una empresa estatal exportadora continúan circulando en internet.
Mientras el país enfrenta apagones, escasez y una migración sin freno, las autoridades celebran que una funcionaria le gritó a un diplomático. Ese gesto revela la decadencia de un sistema que, incapaz de resolver los problemas del pueblo, aplaude la confrontación.
Hammer, en cambio, ofrece una imagen distinta: la de un diplomático que escucha, que camina entre la gente, y que demuestra más empatía con los cubanos que los propios burócratas del régimen.