La crisis energética en Cuba continúa agravándose, con un déficit que supera los 1.600 megawatts, reflejo del colapso del sistema eléctrico nacional bajo el modelo ineficiente del régimen comunista. Según el último parte de la Unión Eléctrica (UNE), la noche del martes se reportó una afectación máxima de 1.655 MW a las 10:00 p.m., coincidiendo con el horario de mayor demanda.
En la mañana de este miércoles, la disponibilidad era de 1.785 MW frente a una demanda de 2.940 MW, lo que dejó un déficit inmediato de 1.203 MW. Aunque se espera una ligera mejoría al mediodía, con una afectación de 1.180 MW, la situación empeora al caer la noche.
Para el horario pico nocturno, la UNE estima una demanda de 3.500 MW y una disponibilidad de solo 1.930 MW, lo que generará una afectación real de hasta 1.640 MW. Este panorama evidencia que los “parches” del régimen, como el ingreso puntual de algunas unidades o motores a la red, no son soluciones viables.
Fallas, mantenimientos y escasez de combustible
El informe detalla que las CTE Mariel, Nuevitas y Felton presentan averías, mientras otras unidades están en mantenimiento, como la unidad 5 de Mariel o la unidad 2 de Santa Cruz. Además, existen limitaciones térmicas que sacan de servicio 298 MW, sumadas a la falta de combustible que mantiene 568 MW fuera de operación.
En total, 70 centrales de generación distribuida están paradas por carencia de diésel, y otros 75 MW están inactivos por falta de aceite. A pesar del impulso a las energías renovables, como los parques solares que generaron el martes 1.374 MWh, estos aportes resultan claramente insuficientes.
Apagones programados en La Habana
La Empresa Eléctrica de La Habana ha publicado el cronograma de apagones por bloques para este miércoles. Entre las 10:00 a.m. y las 12:00 p.m., al menos cinco bloques de la capital sufrirán cortes programados, lo que afecta directamente el desarrollo normal de la vida diaria de miles de ciudadanos.
Un sistema colapsado por la ineficiencia estatal
El modelo centralizado del Partido Comunista ha llevado al sistema energético a una situación límite. Las soluciones que propone el régimen —energía renovable, mantenimiento de termoeléctricas viejas, y anuncios propagandísticos— no abordan el problema estructural: un aparato estatal incapaz de garantizar servicios básicos. La población, mientras tanto, sigue cocinando a oscuras y sin poder conservar alimentos, mientras los altos cargos continúan en confort.