Pintada “Canel asesino” en La Habana sacude al régimen

Una frase contra el gobernante cubano apareció este martes en uno de los muros de la intersección entre las calles 31 y 66, en el municipio Playa, en La Habana. La pintada decía “Canel asesino” y fue claramente visible en letras amarillas. El mensaje generó alarma entre vecinos y autoridades, ya que fue colocado en una zona muy transitada.

Protesta visible en plena avenida

El medio independiente La Kinkalla TV compartió un video que muestra cómo dos personas intentaban borrar el grafiti. Junto a ellas se encontraba una pareja vestida de civil, montada en una moto Suzuki. Muchos residentes identificaron a estos individuos como presuntos agentes del Ministerio del Interior.

Según los reportes, la pintada apareció en la madrugada. Al amanecer, los vecinos se encontraron con el mensaje ya visible, mientras que las autoridades trataban de eliminarlo rápidamente. La frase hace referencia al creciente descontento por el reciente tarifazo impuesto por ETECSA.

Grafitis como símbolo de rebeldía

Desde las protestas del 11 de julio de 2021, cada vez son más comunes las expresiones de desobediencia simbólica. Aunque son riesgosas, estas acciones buscan romper el miedo que impone el régimen. Los carteles, pintadas y frases en los muros se han convertido en formas de protesta directa en toda la isla.

En marzo de 2024, se vieron frases como “Díaz-Canel singao” en Matanzas, tras intensas jornadas de protesta. En Holguín, aparecieron los mensajes “Abajo la dictadura” y “Viva Cuba Libre” en la Loma de la Cruz. En Cienfuegos, un cartel antigubernamental dentro de un preuniversitario provocó un operativo policial.

Reto viral y represión inmediata

La acción forma parte de un fenómeno conocido como “pinta tu pedacito”. Este reto ciudadano surgió tras el 11J y resurge cada vez que aumenta la tensión social. Los cubanos arriesgan su libertad para expresar su malestar en espacios públicos.

El régimen interpreta estas acciones como una amenaza directa. Por eso, elimina los mensajes y busca a sus autores para reprimirlos. Sin embargo, los cubanos siguen hablando, incluso cuando el precio es alto. El deseo de libertad no desaparece con pintura ni con cárcel.