Lujo en medio de la escasez: autos de Estados Unidos en Cuba generan polémica

Un nuevo video publicado en TikTok por el usuario @leivyrodriguez75 ha encendido la polémica en redes sociales cubanas al mostrar dos autos de lujo estacionados en una vivienda de la isla: una Chevrolet Tahoe negra y una Hyundai Palisade, ambos con matrícula particular cubana. Según el autor del video, estos vehículos fueron traídos directamente desde Estados Unidos.

El contenido, que rápidamente acumuló miles de visualizaciones, ha dividido opiniones entre los internautas. Mientras algunos celebran la escena como una muestra del “sueño americano” alcanzado por cubanos emigrados, otros la consideran una provocación insultante en medio de la profunda crisis económica que azota al país.

“Por eso les dicen pan con bistec”, comentó un usuario en referencia al apodo que muchos en Cuba utilizan para describir a los emigrados que exhiben su nivel de vida. Este tipo de publicaciones refuerza el contraste entre el lujo al alcance de unos pocos y la miseria cotidiana de millones.

La frase clave objetivo, autos de lujo en Cuba, no solo describe la escena, sino que concentra la esencia de un país atrapado entre dos realidades: la del cubano común, que sobrevive con salarios que no alcanzan ni para lo básico, y la de una minoría con acceso a divisas y contactos que puede importar vehículos desde el exterior a través de mipymes o canales autorizados por el régimen.

Las redes sociales han intensificado estas tensiones, actuando como una vitrina de desigualdad. Para muchos, ver autos de lujo en Cuba —en un contexto donde el transporte público es ineficiente y la gasolina escasea— representa una bofetada a la realidad del pueblo. Para otros, es una señal de lo que podría ser una Cuba libre, con oportunidades reales y sin el lastre del comunismo que hoy solo reparte miseria y controla hasta la ilusión del progreso.

Mientras tanto, el régimen guarda silencio, como siempre que se evidencian los privilegios de unos pocos frente a las carencias de la mayoría. Las imágenes de estos autos de lujo en Cuba no solo provocan debate, también revelan el fracaso del sistema que, tras más de seis décadas, ha convertido el lujo en una ofensa y la necesidad en norma.