El precio del arroz en Cuba alcanzó en mayo los 340 pesos por libra en La Habana, marcando un nuevo récord que evidencia la gravedad de la crisis alimentaria en la isla. Esta alarmante cifra, revelada por la Oficina Nacional de Estadística e Información (ONEI), confirma el deterioro acelerado del poder adquisitivo y la total ineficacia del régimen comunista para garantizar lo básico.
Durante ese mes, en provincias como Guantánamo, Santa Clara y Holguín también se superó la barrera de los 300 pesos por libra. Mientras tanto, solo en territorios como Ciego de Ávila, Camagüey y Bayamo se registraron precios mínimos por debajo de los 200 pesos, aunque también se vieron alzas. En Bayamo, por ejemplo, el precio más bajo fue de 155 pesos, evidenciando una diferencia de casi 200 pesos respecto a la capital. Esta disparidad subraya el caos absoluto en la regulación de precios y la falta de un sistema de distribución coherente.
A pesar de que la prensa oficialista intenta culpar a los vendedores privados por los precios elevados, la realidad es que el Estado ha dejado de cumplir su función como regulador del mercado. La especulación surge del vacío que deja el gobierno al no garantizar ni producción ni abastecimiento regular.
La inflación oficial frente a la realidad popular
La ONEI informó que la inflación interanual en el mercado formal fue de un 16,43 % en mayo. Aunque esta cifra es inferior al 31,11 % de mayo de 2024, sigue siendo insostenible para la mayoría de los cubanos, especialmente para jubilados, trabajadores estatales y familias de bajos ingresos. En términos acumulados, el Índice de Precios al Consumidor (IPC) ya subió un 7,45 % en lo que va de año.
Más del 90 % de los ingresos mensuales se destina a productos y servicios de la canasta básica, que ni siquiera cubre las necesidades esenciales. El arroz, los huevos y la carne de cerdo son los productos que más han impulsado el alza mensual en la división de Alimentos y Bebidas no alcohólicas.
Expertos: la baja en la inflación es solo una ilusión
Según el Observatorio de Monedas y Finanzas de Cuba (OMFi), la supuesta desaceleración de la inflación no responde a una mejora económica, sino a un fenómeno de empobrecimiento generalizado. “La capacidad de compra de los salarios y pensiones ha sido prácticamente aniquilada”, explica el informe del OMFi. Este “impuesto inflacionario” ha pulverizado el valor del peso cubano, provocando que ciertos productos dejen de subir simplemente porque la gente ya no puede pagarlos.
El régimen ha fracasado no solo en contener los precios, sino en evitar la desnutrición progresiva de la población. Con un sistema agrícola colapsado, importaciones mermadas por falta de divisas y un modelo centralizado obsoleto, el comunismo cubano vuelve a demostrar que es incapaz de alimentar a su pueblo.