Otro acto de desobediencia civil en la cuna del 11J

La frase “Abajo la dictadura” apareció pintada en uno de los muros del estadio de béisbol de San Antonio de los Baños, justo donde en julio de 2021 comenzaron las históricas protestas del 11J. Este nuevo mensaje de rebeldía fue visible desde la madrugada del domingo, según imágenes difundidas por el activista Marcel Valdés.

El hecho ocurre en medio de un contexto de creciente tensión social, marcado por protestas universitarias en rechazo al tarifazo de ETECSA, que limita gravemente el acceso a internet y, con ello, a derechos básicos como la educación y la libre expresión. La pintada se convierte así en un grito visual que conecta dos momentos clave de la resistencia cubana.

Un símbolo que revive el espíritu del 11J

Marcel Valdés escribió en sus redes: “Ya el pueblo no aguanta más. Desobediencia civil. Si nadie obedece, nadie manda”. Su mensaje resume el hartazgo de muchos cubanos que ven en estos gestos una vía de expresión frente a un régimen que no ofrece respuestas, solo represión.

San Antonio de los Baños, epicentro del 11J, vuelve a ser escenario del descontento. Aunque el gobierno ha intentado sepultar el recuerdo de aquel estallido con vigilancia y control, el mensaje “Abajo la dictadura” demuestra que la llama de la insatisfacción sigue viva.

Pintadas como resistencia ciudadana

El periodista exiliado José Raúl Gallego también destacó la importancia simbólica del lugar: “No son solo los universitarios, hay mucha gente en Cuba haciendo cosas”. Y añadió: “No hay chivatos para tanta gente. Cada acción cuenta”. Su mensaje alienta a la ciudadanía a expresar su rechazo, aun cuando el miedo y la represión intenten paralizar.

En las últimas semanas se han reportado pintadas similares en distintas provincias del país, desde La Habana hasta Manzanillo. Frases como “Patria y Vida” y “Abajo el comunismo” han aparecido en muros y edificios, solo para ser borradas rápidamente por las autoridades. Sin embargo, su efecto trasciende lo efímero: se convierten en testimonio del creciente rechazo popular.

En Santiago de Cuba, una pintada antigubernamental en un edificio de viviendas provocó un fuerte operativo policial. Este tipo de reacciones evidencian que el régimen teme más a un aerosol que a una consigna gritada en la calle. El arte callejero se ha convertido en trinchera, en arma simbólica, en desafío directo al sistema.

En un país donde disentir puede costar la libertad, escribir “Abajo la dictadura” en un muro es un acto político de enorme valentía. Y cada vez son más quienes, sin miedo, se atreven a hacerlo.