Sandro Castro provoca burlas con su personaje “Vampirach”

En medio del creciente malestar popular por el tarifazo de ETECSA, Sandro Castro —nieto del dictador Fidel Castro— reaparece en redes sociales con una provocación que ha encendido la indignación ciudadana. En un video reciente, caracterizado como su personaje “Vampirach”, lanzó una burla directa hacia la empresa estatal de telecomunicaciones, que impuso nuevas restricciones a las recargas en pesos cubanos y sigue promoviendo paquetes de datos en dólares.

“Voy a emborrachar a mi amiga ETECSA con Cristach para ver si se pone loca y empieza a regalar datos”, expresó Sandro en tono burlesco, acompañado de frases como “ya me tomé mi vampizar de hoy”, haciendo referencia a su bebida ficticia. La escena ocurre mientras millones de cubanos ni siquiera pueden costear un plan básico de conexión.

Internet: lujo para el pueblo, juguete para la élite

La burla de Sandro llega en un contexto de restricciones impuestas por ETECSA, que fijó un límite de 360 CUP mensuales para recargas nacionales, mientras continúa dolarizando el acceso a Internet con paquetes pagaderos en MLC. Esta política excluye a la mayoría de los cubanos, que viven sin acceso a divisas extranjeras.

La llamada “dolarización tecnológica” ha sido justificada por el régimen como una estrategia para mantener la infraestructura, aunque en la práctica se traduce en un acceso elitista y excluyente a una herramienta esencial como Internet. Mientras tanto, personajes como Sandro derrochan datos móviles para publicar videos sin contenido útil, pero con alta carga de desprecio.

Vampirach: entre el show ridículo y el insulto social

La figura de “Vampirach” se ha convertido en símbolo del cinismo de una clase privilegiada que no conoce límites. Cada aparición de Sandro en redes sociales refuerza la brecha entre los cubanos de a pie y los herederos de la cúpula revolucionaria.

Lejos de recibir críticas oficiales o reprimendas institucionales, su comportamiento parece gozar de una impunidad garantizada por su apellido. Exhibe cerveza Cristal, se burla de ETECSA y ostenta lujos frente a un pueblo que enfrenta apagones, censura digital y miseria cotidiana.

El contraste que duele

Mientras ETECSA impone más barreras al acceso digital, el nieto del dictador Fidel Castro utiliza ese mismo acceso para humillar al pueblo. No hay censura para él, no hay límites. Solo risas, desprecio y provocación.

La ironía es evidente: en un país donde la conexión es un privilegio y no un derecho, el personaje de Sandro Castro aparece cada semana como una bofetada digital a la cara de los cubanos.