En plena crisis energética, el régimen cubano presume de avances en energía solar. Este lunes, la prensa oficialista informó con entusiasmo que tres nuevos parques solares superaron su producción esperada en 61 MWh, alcanzando un total de 337 MWh generados.
La frase clave apagones en Cuba no tardó en regresar a la conversación nacional, pues mientras se anuncia con bombo y platillo la supuesta eficiencia de los paneles solares, el pueblo continúa sufriendo cortes eléctricos prolongados y sistemáticos.

Los nuevos parques, ubicados en La Habana, Cienfuegos y Granma, son parte de una estrategia gubernamental que insiste en mostrar una imagen de modernización y sostenibilidad. Sin embargo, la realidad del Sistema Eléctrico Nacional (SEN) sigue siendo crítica. A las 7:00 a.m. de este lunes, la demanda superaba ampliamente la disponibilidad: 2,200 MW frente a una generación de apenas 1,837 MW.
Para el horario pico nocturno, el déficit previsto era aún más grave: 1,353 MW, con apagones estimados de hasta 1,423 MW. El día anterior, las afectaciones alcanzaron los 1,475 MW a las 8:00 p.m., justo en el momento de mayor necesidad para los hogares cubanos.
Mientras tanto, varias centrales termoeléctricas, como Felton y Renté, permanecen fuera de servicio o en mantenimiento. La infraestructura energética cubana, corroída por décadas de mala gestión y desinversión, no da abasto para sostener la demanda.
El gobierno intenta vender una narrativa de progreso, afirmando que Cuba avanza hacia el liderazgo regional en renovables. Sin embargo, expertos aseguran que sin modernizar la red eléctrica y sin sistemas de almacenamiento eficientes, la energía solar no solucionará el problema estructural.
A pesar de las cifras positivas que presenta el régimen, lo cierto es que los apagones en Cuba continúan afectando la vida cotidiana. El triunfalismo oficial choca con la desesperación de una ciudadanía agotada, que ya no cree en promesas mientras sufre la oscuridad diaria.