Cuarto apagón en seis meses en Cuba, indignación y críticas al régimen

El colapso del SEN desata indignación en Cuba

El nuevo apagón general ocurrido este viernes en Cuba ha generado una ola de indignación entre los ciudadanos, quienes han manifestado su frustración en redes sociales ante el cuarto colapso del Sistema Eléctrico Nacional (SEN) en menos de seis meses. La falta de soluciones concretas y la precariedad del sistema eléctrico han avivado las críticas contra la ineficacia del régimen cubano.

Los comentarios en las redes sociales de la Unión Eléctrica (UNE) reflejan el hartazgo de la población con una crisis energética que parece no tener fin. Muchos consideran que la infraestructura eléctrica del país está al borde del colapso y que las autoridades carecen de la capacidad –o la voluntad– para resolver la situación.

Un sistema sin control ni inversión

Para muchos cubanos, la caída total del SEN demuestra la falta de control sobre la infraestructura eléctrica. “Es algo ilógico que se desconecte el sistema completo por una subestación, cuando pasa eso es que no hay control”, comentó un usuario, denunciando la ausencia de protocolos efectivos para evitar colapsos a gran escala. Otro comparó el sistema eléctrico con “un castillo de naipes”, donde una sola avería es suficiente para provocar un apagón nacional.

El escepticismo sobre las explicaciones oficiales es evidente. Algunos ciudadanos califican la crisis energética como una muestra de negligencia gubernamental y falta de inversión en el sector. “En cualquier momento el mismo pueblo les enciende las calles”, advirtió un usuario, sugiriendo que el malestar social podría desencadenar protestas. Otros han insinuado que el colapso del SEN podría ser deliberado o, al menos, una consecuencia de la falta de mantenimiento por parte del gobierno.

La desigualdad energética: unos sufren, otros disfrutan

Más allá de los apagones, muchos cubanos han señalado la desigualdad en el acceso a la electricidad. “El que tiene dinero y familia afuera posee plantas eléctricas”, denunció un ciudadano, reflejando la frustración de aquellos que no pueden costear alternativas ante la crisis energética. Otros han criticado que, mientras la mayoría del país permanece sin electricidad, algunos hoteles y negocios vinculados al régimen siguen operando sin interrupciones.

La resignación también es un sentimiento generalizado. “Esto ya no tiene explicación, ni precedente ni justificación”, lamentó una usuaria. Otro preguntó con impotencia: “¿Qué perspectiva tenemos los que nos vamos a morir aquí?”.

El pueblo exige respuestas y soluciones reales

A pesar de los intentos de la UNE por minimizar la crisis y asegurar que la recuperación está en marcha, los cubanos siguen exigiendo respuestas concretas y soluciones definitivas. “¿Hasta cuándo la ineficiencia de ustedes va a estar afectando al pueblo?”, reclamó un usuario, reflejando el creciente descontento social ante la falta de perspectivas para superar la crisis energética.

El cuarto apagón en seis meses confirma lo que muchos han advertido durante años: el sistema eléctrico cubano está en ruinas y, lejos de mejorar, la situación parece empeorar con cada nuevo colapso.